Monografía: Radiología. Callo de fractura control post-operatorio. Alexandre Tarragó Riverola
2 - Descripción general de las fases de consolidación ósea:
FASE DE INFLAMACIÓN. El traumatismo que ocasiona la fractura lesiona el hueso y los tejidos adyacentes. La lesión priva de vascularización a los osteocitos de la zona fracturaria provocándoles la muerte y creando un foco necrótico en la zona de fractura en el que pueden estar incluidos periostio y tejidos blandos en función de la gravedad de la lesión. La liberación de mediadores de la inflamación produce una primera respuesta de este tipo caracterizada por vasodilatación y edema agudo en el foco de fractura.
Proceso inflamatorio.
FASE DE REPARACIÓN. Entre los factores inductores de esta fase destacan los factores quimiotácticos liberados en la fase de inflamación, proteínas matriciales liberadas y factores eléctricos (electronegatividad). El volumen vascular del extremo de fractura aumenta al poco de la fractura pero la actividad osteogénica se limita a zonas cercanas al foco de fractura. Los extremos fracturarios que no reciben ningún tipo de vascularización se necrosan y son reabsorbidos por osteoclastos (parece ser que las prostaglandinas incrementan la actividad osteoclástica y favorecen su aparición). La proliferación de estas células mesenquimatosas pluripotenciales en el foco de fractura dan lugar al tejido conocido como callo de fractura que consiste en tejido fibroso, cartílago y hueso inmaduro. Gradualmente se va reemplazando por hueso inmaduro hasta unir los fragmentos de fractura. A medida que se mineraliza el callo los extremos de fractura se engloban en una masa fusiforme de callo que contiene cantidades crecientes de hueso inmaduro aumentando la estabilidad de la fractura y llevando a una unión clínica pero siempre teniendo en cuenta que este hueso inmaduro es más débil que el hueso normal.
Proceso reparación.
FASE DE REMODELACIÓN. Supone el reemplazamiento del hueso inmaduro por hueso lamelar y resorción del callo de fractura. En humana se ha demostrado que el remodelado continúa durante años después de haberse conseguido la unión clínica. La consecuencia más importante de esta fase es el aumento de la estabilidad mecánica. Esta se manifiesta en 4 fases (I, poca rigidez a la torsión; II, elevada rigidez a la torsión; III, elevada rigidez a la torsión, el hueso rompe por la zona de fractura en parte y en parte por hueso sano; IV, remodelación completada). Para el correcto depósito de tejido óseo se necesita una vascularización adecuada y una correcta estabilidad del foco de fractura. La osteosíntesis biológica pretende aprovechar el trabajo previo desarrollado por el callo incipiente de fractura mediante un sistema de fijación poco agresivo con los tejidos que lo rodean y que confiera la suficiente estabilidad preservando al máximo la vascularización. No es necesaria la reducción anatómica de los fragmentos (salvo en fracturas articulares) y prima la técnica cuidadosa y poco agresiva. Además espacios de fractura muy pequeños no pueden soportar ningún tipo de movimiento lo que puede redundar en un fracaso de la compresión interfragmentaria si ésta no se aplica adecuadamente. Nos encontramos en un momento donde no se ha de valorar el sistema de fijación sino la fractura a la que nos enfrentamos. No hay sistemas de fijación buenos y malos sino sistemas más apropiados para una determinada fractura.
Proceso remodelación.
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